La música es un campo muy amplio que te permitirá desenvolverte en la rama de la musicalización infantil, para que por medio de tus conocimientos aportes al crecimiento y desarrollo de los bebés.
La musicalización es un proceso natural del ser humano, nacemos musicales, porque los bebés cuando intentan comenzar a hablar en realidad lo que están haciendo es emitir sonidos en tonos diferentes, emiten sonidos más agudos o graves y van jugando con ello intentando formar palabras (su lenguaje).
La musicalización infantil es el gusto que los niños tienen por la música, pero a una música que los ayuden a reconocer sonidos, que por medio de la música se interpretan y se transmiten emociones. Se expresan sentimientos y muchos otros aspectos positivos que aporten al desarrollo de los niños. Todos los menores tienen la posibilidad de desarrollar estas capacidades, estos lenguajes de la música, es aquí donde se tiene que trabajar para que de manera conjunta puedan percibir la capacidad auditiva, a través del aprestamiento musical.
Lo primero que se tiene que hacer es el reconocimiento de los sonidos, que identifiquen notas según el tarareo. La música puede tranquilizar a una persona, así como puede volverlo extrovertido. Luego, se le puede brindar instrumentos para que reconozcan las notas musicales, para que quede grabado en su cerebro la decodificación musical y encuentren un placer en sentir la música y que esa música puede manifestar sus emociones, sus deseos, sus estados de ánimos, entre otros.
El niño es capaz de descubrir su propio ritmo, va explorándose mediante los ejercicios en juegos, va observando que la música acompaña al ser humano en todas sus actividades del día a día.
El proceso de musicalización debe comenzar junto con todo el proceso de adquisición sonoro de los bebés. A partir de los primeros meses (tres y cuatro meses) los bebés comienzan a balbucear y a emitir sonidos (agudos y graves), empiezan a reconocer la voz de sus padres, de sus familiares, los sonidos que emiten sus mascotas y estas mismas voces y sonidos generan un sentido sonoro en sus cerebros.
Cuando estas voces ya tienen sentido sonoro, será el mejor momento para empezar con la musicalización. Pero esto no significa que el menor no haya sido musical, porque si lo ha sido, la limitación es que en esta etapa ya goza de la capacidad neurológica para la música, pero no consigue poder diferenciar los sonidos, no tiene todavía la formación neuronal suficiente para poder distinguir conscientemente la diferencia sonora.
Entonces, es posible enseñarles todos los conceptos iniciales y básicos de la música, tales como el ritmo, figura rítmica, forma musical, melodía, las propiedades del sonido, duración, intensidad, hacer juegos de expresión corporal con canciones, entre otros. Esta base ayudará mucho a la formación y preparación de un músico o incluso de quien no es músico en su formación como individuo por medio de otros aspectos que la música desarrolla.
A los seis meses de vida del bebé, la madre lo sostiene en sus brazos y le hace escuchar canciones, estimulando el desarrollo de la conexión del menor con la música mientras este crece.
En la musicalización todos estos ruidos se trabajan para que el bebé pueda sentir estos sonidos de manera consciente y pueda darle distintos significados a través de un instrumento musical, por medio de la voz de la profesora, entre otros. No debemos comenzar a musicalizar a un niño usando primero una herramienta musical, porque lo que tiene más sentido para los menores es la voz. Por esta razón, es que la profesora canta en la clase de musicalización, los padres pueden cantar en casa, esta acción tendrá más sentido que los sonidos de dichos aparatos.
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